Felices vacaciones. MAGIA EN VERANO.
Era verano y hacía tanto calor que
todos los niños del pueblo añoraban el invierno con su nieve fresquita.
Trataban de refrescarse todas las tardes en el río, pero según salían del agua,
empezaban a sudar. Además, por las noches apenas podían dormir y después de
pasarse horas y horas dando vueltas en la cama, acababan levantándose de mal
humor.
La más anciana del lugar, doña
Úrsula, sabía cuál podía ser la solución: propuso a los niños subir al
atardecer a la montaña Picuda para visitar al mago don
Teófilo.
Los pequeños tenían miedo de acercarse a
la montaña porque por las noches procedían de ella ruidos extraños y, además,
siempre habían escuchado que don Teófilo no era mago, era un loco.
- “Claro que es un mago. Y de los
mejores. Tiene más de 500 años y ha viajado por muchos mundos aprendiendo todo
tipo de magia”, les explicó doña Úrsula algo molesta.
Los niños, junto a doña Úrsula comenzaron
la excursión al atardecer como había sido programada. El ascenso fue
difícil y más de uno temió no encontrar el camino de vuelta. Finalmente
llegaron a la cima y allí, en la copa de un árbol, había una casa enorme de
muchos colores.
Doña Úrsula pidió al mago don Teófilo que
hiciera su conjuro mágico para demostrar a esos incrédulos pequeños lo grande
que él era. Sobre una gran hoguera dijo unas extrañas palabras y
fue entonces cuando todos los niños comenzaron a elevarse y flotar
sobre las nubes. Asombrados empezaron a jugar a tirarse bolas de
algodón de nube como si de nieve se tratara. Fue una tarde muy fresquita.
Desde entonces, todas las tardes los
niños del pueblo visitaban al mago don Teófilo para lanzarse
bolas de nube. Y, por las noches, escuchaban los cuentos y leyendas de doña
Úrsula con los que rápidamente se quedaban dormidos. Sin duda, fue un gran
verano.
Preguntas de comprensión lectora:
1. ¿Qué estación del año era?
2. ¿Qué querían los niños?
3. ¿Cuál era la solución?
4. ¿Qué ocurrió cuando visitaron al
mago?
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